jueves, 29 de diciembre de 2011

ROTUNDOS GARABATOS

Jordi Costa
Leyendo “Pero, ¿qué coño estás haciendo?” de David Shrigley me he acordado mucho de “L’any que ve” de Francesc Trabal, un libro publicado en 1925 donde el escritor, junto a otros cómplices del Grup de Sabadell, ponía el dedo en la llaga de una estulticia genuinamente catalana sirviéndose de un refinado humor idiota y dibujos trazados con pericia zurda. Esta es una de mis páginas favoritas:

-Saps, aquell que et deia…, es diu Antoniu.

Si tuviera que escoger una sola página del libro de Shrigley (cosa difícil) sería esta:

 Probablemente, no se puede decir más con menos. Shrigley dibuja como un cavernícola emborronando las paredes de un retrete antediluviano, pero su primitivismo siempre alumbra Verdades como templos. Me pasé toda la lectura preguntándome cómo diablos lo habían hecho para rotular con la misma fuerza primitiva que el autor. En la faja del libro, estaba contenida la respuesta al enigma. Las fajas de la joven editorial Blakie Books son todo un mundo: como un hermano siamés pegado al libro. En esta, además de la solución al misterio, hay material extra: “A la editorial le pareció que estos dibujos eran basura, demasiado para incluirlos en el libro. Se han incluido por compromiso legal”, escribe Shrigley.

Esta semana nos ha titulado: Calpurnio Pisón

jueves, 22 de diciembre de 2011

EL TRIUNFO DE PEDIR LA VOLUNTAD

Jordi Costa
Quizá porque la cercanía de la Navidad le empaña a uno el ánimo, esta semana los Buzos de la Esquina han decidido encerrarse en casa y, cada uno por su lado, rebuscar en su videoteca. Yo he vuelto a ver “Detour” (1945), la obra maestra de Edgar Ulmer, ese director del que se suele decir que su mejor amigo era la máquina de niebla artificial que le permitía disimular la pobreza de sus decorados, la miseria de sus presupuestos.


En “Detour”, de esa famosa máquina sale niebla, pero también la perfecta película noir: una pesadilla minimalista con infeliz golpeado por el destino, felina femme fatale y dos de las muertes más absurdas –y, por ello, verosímiles- de la Historia del Cine.


Después de verla, uno se pregunta por qué hay tantos jóvenes directores que quieren ser Steven Spielberg y tan pocos que quieran ser Edgar Ulmer, el hombre que tenía el secreto del cine (pobrísimo, frágil, inmortal) del futuro.
http://www.youtube.com/watch?v=jkwETw6mZ6k
No sé qué es lo que habrá estado viendo el Buzo Jonathan…
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Jonathan Millán
*Una vez tomada la Ola, lo importante no es la distancia sino la rapidez y la fuerza, pero recordad, hay que dominar la tabla. Los estúpidos de a pie son una raza inferior, sólo los surfistas serán los amos del mundo.
-¿quien manda en las playas?
-¡Los surfistas!
-¿quien manda a los surfistas?
-¡Los nazis del surf!

*Con éste discurso de un pobre diablo a unos niños con esvásticas pintadas en la cara con rotulador, empieza la película Los surfistas Nazis(y en pequeñito) deben morir.
http://youtu.be/S0ElTHNZ_MQ
La Segunda Guerra Mundial recreada por surfistas. Una oda al “hazlo tú mismo, y si el tema es gigantesco, mejor” la mar de entrañable.

Esta semana nos ha titulado: Miqui Otero

jueves, 15 de diciembre de 2011

EL FUEGO CAMINA CON ELLA

JORDI COSTA
Desde que descubrí las películas que dirigió William Clemens a finales de los años 30, siento una debilidad por el personaje de Nancy Drew, la chica detective, y por la actriz que la encarnaba: Bonita Granville. Nadie ha llevado un sombrero cónico como ella:


En este otro tráiler, toda una ciudad noir de gángsters y hombres armados parece sublevarse frente al desafío que supone esa niña impertinente:


Nancy Drew fue un personaje creado en 1930 por Edward Stratemeyer en una serie de novelas juveniles que, en realidad, escribía un equipo de negros literarios. Me gusta el nombre anglosajón que se da a esa peculiar figura profesional: lo que nosotros llamamos negro, ellos lo llaman ghostwriter, que viene a ser más poético. Una legión de fantasmas encerrada en una oficina para imaginar las aventuras de una niña lista que iba a incendiar el imaginario romántico de muchos lectores infantiles. 
 Creo que Nancy Drew está en el sustrato de muchas de las cosas que ha creado David Lynch: quizá él fue uno de los muchos niños americanos que tuvieron sueños lúbricos con la niña detective.


Me ha gustado reencontrarme con una declinación de Nancy Drew camuflada en uno de los relatos que integran el fantástico “Magia para lectores” de Kelly Link, primer libro traducido al castellano de una autora admirada por autores como Michael Chabon, Joe Hill o Jonathan Lethem. Hay algo en “Magia para lectores” que recuerda al fundacional “El hurgón mágico” de Robert Coover. 


 Este es el pequeño homenaje que los Buzos le hemos dedicado al libro de la Link y, por extensión, a Nancy Drew, la chica detective cuyas andanzas son imaginadas por un niño escondido en un árbol. 




















 Por cierto, Servando Carballar no nos podía haber titulado mejor.

viernes, 9 de diciembre de 2011

AMOR DIGITAL

JORDI COSTA
Esta semana los Buzos hablamos de una novela excepcional: el debut de Grace Morales, una de las firmas emblemáticas del fanzine Mondo Brutto. "Otra dimensión" es una historia tristísima habitada por personajes grises obsesionados en construirse otra identidad. El 11-S y el 11-M pauta su proceso de convertirse en Otros, propulsando los motores de  su inevitable fracaso. Esta vez hemos querido rendir tributo a un formato que ha popularizado el maestro Liniers: el de la entrevista dibujada. Nos salió una primera versión de la columna que era así:





















Pero, finalmente, la columna que salíó publicada era esta:



 
















Esta semana nos ha titulado Francisco Nixon

jueves, 1 de diciembre de 2011

UN CALIPPO PARA EL APOCALIPSIS


El personaje interpretado por Kirsten Dunst en la última película de Lars Von Trier se llama Justine, un nombre cargado de resonancias sadianas. En su día, Napoleón consideró a “Justine o los infortunios de la virtud” como “el libro más abominable jamás engendrado por la imaginación más depravada”. 

Creo recordar que, ya en los tiempos de “Rompiendo las olas” (1996), el cineasta danés había mencionado a la Justine de Sade: para él, el personaje de Emily Watson era, en cierto sentido, Justine –una virtuosa que alcanzaba la iluminación a través del martirio del cuerpo- metida en un melodrama metafísico de Dreyer.


Se suele acusar a Lars Von Trier de maltratar a sus personajes femeninos, pero cada vez queda más claro que las diversas formas de Justine que aparecen en su cine no son más que declinaciones de sí mismo: figuras que parecen somatizar todo el dolor del mundo para acabar alcanzando una Verdad… agresiva, inclemente, brutal.

En este caso, la Verdad es esta: lo más justo que le puede ocurrir a toda vida en el Universo es la aplicación benévola de una Eutanasia Cósmica; o sea, el Apocalipsis.