Desde que descubrí las películas que dirigió William Clemens a finales de los años 30, siento una debilidad por el personaje de Nancy Drew, la chica detective, y por la actriz que la encarnaba: Bonita Granville. Nadie ha llevado un sombrero cónico como ella:
En este otro tráiler, toda una ciudad noir de gángsters y hombres armados parece sublevarse frente al desafío que supone esa niña impertinente:
Nancy Drew fue un personaje creado en 1930 por Edward Stratemeyer en una serie de novelas juveniles que, en realidad, escribía un equipo de negros literarios. Me gusta el nombre anglosajón que se da a esa peculiar figura profesional: lo que nosotros llamamos negro, ellos lo llaman ghostwriter, que viene a ser más poético. Una legión de fantasmas encerrada en una oficina para imaginar las aventuras de una niña lista que iba a incendiar el imaginario romántico de muchos lectores infantiles.
Creo que Nancy Drew está en el sustrato de muchas de las cosas que ha creado David Lynch: quizá él fue uno de los muchos niños americanos que tuvieron sueños lúbricos con la niña detective.
Me ha gustado reencontrarme con una declinación de Nancy Drew camuflada en uno de los relatos que integran el fantástico “Magia para lectores” de Kelly Link, primer libro traducido al castellano de una autora admirada por autores como Michael Chabon, Joe Hill o Jonathan Lethem. Hay algo en “Magia para lectores” que recuerda al fundacional “El hurgón mágico” de Robert Coover.
Este es el pequeño homenaje que los Buzos le hemos dedicado al libro de la Link y, por extensión, a Nancy Drew, la chica detective cuyas andanzas son imaginadas por un niño escondido en un árbol.
Por cierto, Servando Carballar no nos podía haber titulado mejor.
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